La
Semana Santa culmina en el Domingo de Resurrección, donde se da fin a
una semana cargada de pasión, sentimientos, y este año se añade alguna
que otra lágrima, debida en parte al mal tiempo que ha hecho durante
estos días.
En
nuestro pueblo, este domingo es significativo y el sol no falto a su
cita donde todos los Algatocileños/as y allegados celebramos el
tradicional “HUERTO DEL NIÑO”, donde el pueblo se engalana para celebrar su día grande de la Semana Santa.
Todo ello tiene
lugar en la Alameda del pueblo, donde nos reciben los mayordomos
solteros y casados con un huerto repleto de ramos de naranjas que se
canjean por la voluntad de los que se acercan a observar al niño. Las
mayordomas casadas y solteras se visten de mantilla para acompañar a la
Virgen y a San Juan desde la Iglesia hasta la alameda al encuentro con
su hijo en el Huerto.
Durante
la mañana, la Banda de Música de Algatocín toca unos pasodobles en la
Alameda para animar a la gente y posteriormente acompaña a las imágenes
en la procesión.
Otros
municipios de la serranía también celebran el “Huerto del Niño” pero
cada uno con el encanto que caracteriza a cada pueblo. La Banda de
Música de nuestro pueblo acompañó a su director, que era mayordomo en su
pueblo, Pujerra, en la procesión que se celebraba allí durante la
tarde, donde tocaron junto a la Banda de Música de Pujerra varias
marchas durante el recorrido de la procesión.
Otro
forma de celebrar el domingo de Resurrección, se puede ver en Gaucín,
ya que es el único pueblo de la Serranía de Ronda que desde antiguo
acostumbra a celebrar el final de la Semana Santa con el tradicional “Toro de cuerda”. El cual consiste en correr por las
calles del pueblo un toro amarrado por los cuernos con una cuerda,
llevada por mozos del pueblo y donde todas las personas que se acerquen
deben correr o buscar un refugio en las calles y callejones a través de las protecciones de
hierro y madera que se instalan en el recorrido oficial o de las ventanas y
balcones existentes. Se realizan tres carreras, con un toro y una hora
de duración cada una (dos por la mañana y una por la tarde) seguido en
todo momento por centenares de personas que acuden año tras año a esta
cita.
Como
podemos ver, cada pueblo tiene unas culturas y unos valores distintos,
pero al fin y al cabo todos ellos intentan pasar la Semana Santa
respetando sus tradiciones y reencontrándose estos días a familiares y
amigos/as, que regresan a casa para descansar unos días y disfrutar de
todo el encanto que rodea a nuestros pueblos.
Esmeralda Moreno.