Las campanas de la iglesia daban las
5:30 de la madrugada del sábado 17 de diciembre, cuando me encontraba durmiendo
plácidamente en mi cama. Mientras soñaba, empecé a oír a lo lejos el famoso
villancico: “en mi vida he visto yo, lo que he visto esta mañana, a Francisco
acostao a las 5 de la mañana, ande , ande, ande…” Pensando que era un sueño,
esta canción se oía cada vez más y más fuerte, cada vez más cerca… así pasaron
varios segundos y poco a poco me fui dando cuenta de lo que pasaba. Con los
ojos entreabiertos, corrí las cortinas de la ventana de mi dormitorio, subí la
persiana y vi una trentena de jóvenes del pueblo mirando hacia mi ventana a la
vez que cantaban. ¡Sí señor! habían llegado las MAÑANITAS.
Otro año más había llegado el momento
de madrugar, abrigarse hasta las orejas, coger la botella de anís y salir a la
calle a cantar villancicos con nuestros amigos.
Aunque lo que acabo de contar pasó en
la madrugada del sábado, las mañanitas empezaron en la madrugada del miércoles
14 de diciembre. Para los que no conozcan esta tradición, aquí va una pequeña
explicación. Las mañanitas o misas de aguinaldo se celebran en la semana
anterior a noche buena. Se celebran
durante cinco días, de miércoles a domingo, coincidiendo éste con el último
domingo de adviento. En esta tradición, los vecinos de Algatocín nos
despertamos sobre las 6 de la madrugada para cantar villancicos por las calles
del pueblo. Sobre las 6:30 se celebra una misa y a continuación nos reunimos en
el salón de la juventud para tomar chocolate caliente, anís, mantecados y otros
dulces típicos preparados por los mayordomos del pueblo.
Como todos los años, hemos disfrutado
y hemos participado en esta tradición tan genuina y tan apreciada por los
vecinos del pueblo. Durante estos cinco días, los más jóvenes hemos recordado
esas letrillas de villancicos tan antiguos, hemos puesto a punto las zambombas
y las panderetas, y nos hemos echado a
la calle a cantar y a despertar a otros vecinos que no pueden participar de
esta fiesta por trabajo o por su edad, pero seguro que les ha agradado
despertarse oyendo villancicos y recordando los tiempos en los que ellos
también salían a cantar, sabiendo que seguimos manteniendo y respetando esta
fiesta tan nuestra que esperamos que nunca se pierda.
Fran Martín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario