sábado, 31 de diciembre de 2011

24 DE DICIEMBRE NOCHE BUENA


En este día tan especial para todos, muchos de nosotros ayudamos a cocinar a nuestros padres y ultimar todos los detalles para que la cena familiar que se hace en esta noche, fuese lo más perfecta y agradable posible, por lo cual a lo largo del día a penas pudimos vernos. 

Pero siempre está esa hora de café que es como un descanso, (digamos un kit-kat) del que no puedes escapar si quieres actualizarte en temas de conversación y hechos sucedidos.

 La noche del 24 en otras ciudades se suele pasar con los amigos, de viaje, pero aquí en los pequeños pueblos, esta noche es para pasar una velada con nuestras familias, no sólo pasamos esta noche con ellos, sino todas las que podemos, pero digamos que esta  tiene algo especial…Llamémoslo espíritu navideño y compromiso con nuestras familias.

Pues bien, tras la cena viene la fiesta, momento en el que si nos reunimos todos los amigos para pasar lo que queda de noche juntos.




Como todos los 24 de diciembre, empezamos con los sorteos del amigo invisible, cada año somos más, lo que quiere decir es que las probabilidades de que te salga regalarte a ti mismo sean mayores, y dirás ¿¿¿Y si me estoy callado y me regalo a mi mismo????, ¿¿¿Quién me va a conocer mejor que yo mismo????...


Pero es como una regla, cada vez que a alguien le toca su nombre, se paraliza el sorteo y vuelta a empezar….Así 1,2,3,4,5,6,7 y hasta 8 veces, algunos pensábamos que el sol salía y aun no teníamos nuestro amigo invisible…

Por fin todos contentos y con su amigo invisible bien definido, ahora era el momento de averiguar que quiere o que le gustaría que le regalasen, entre otras cosas salieron libros de lectura, decoración para el interior de nuevas casas, gorros de invierno y como no la maravillosa y mística CREPERA…


Zanjado este tema, algunos de nosotros continuamos la fiesta en la discoteca del pueblo, y otros decidieron pasar la noche en un recinto a las afueras del pueblo, donde no faltó un buen villancico, una pandereta y unas risas junto al karaoke…


Los que decidimos quedarnos en el pueblo, artos de bailar hasta que prácticamente cerraron la discoteca, dijimos ¡¡¡Pero bueno!!!! es 24 y aun no tengo sueño ¿Qué puedo hacer?, y la respuesta es evidente. Empiezas a cantar un villancico y antes de llegar al pegadizo estribillo ya tienes al "Carmelo" con la zambomba de acompañamiento… (A veces pienso que es un súper héroe o tiene poderes especiales, por la rapidez en que aparece con ella) y aun que las mañanitas hubiesen acabado, esta noche se retomaron y cantamos por todo el pueblo villancicos hasta que verdaderamente sentíamos que ya si que habíamos cumplido nuestro objetivo de pasar una gran noche, y que ya era hora de irse ala cama a descansar…



Michael Macías.

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